Fanzine. 2/2.
Tinta sobre Papel canson.
42 x 59.4 cm.
San Antonio de los Baños. Cuba.

Residencia Punto Naranja – 15ª Bienal de La Habana – Cuba
La experiencia del Juego como práctica artística en relación a procesos sociales en la Residencia Punto Naranja – Campamento Quisicuaba – San Antonio de los Baños.
///
Fui convocada para participar como artista en la Residencia Punto Naranja, en el marco de la 15ª Bienal de La Habana, en un programa orientado al trabajo con la comunidad de convivientes del Campamento Quisicuaba.
Feliz de aceptar el desafío y llevar a la práctica más de 10 años de experiencia en trabajo, conceptualización y escritura sobre arte contemporáneo en relación con procesos sociales, llegué al lugar con la propuesta de convivir durante 10 días, para trabajar colaborativamente en el desarrollo de juegos de mesa como propuesta artística.



Es importante mencionar que, en el Campamento, viven alrededor de 150 personas que anteriormente fueron deambulantes en La Habana. Gracias al comedor de la Asociación Quisicuaba (ubicado en Centro Habana), tienen la posibilidad de mudarse a la ciudad de San Antonio de los Baños, a un edificio brutalista que funcionaba como escuela de campo, a 30 minutos a pie del entorno urbano más cercano.
Allí reciben cinco comidas diarias, atención médica, ropa y alojamiento, además de visitas periódicas de artistas y personas interesadas en el proyecto.
Una vez en el lugar, decidí integrarme a sus actividades cotidianas y escuchar sus historias, no desde la perspectiva de quien observa (cómo la antropología moderna), sino desde quien participa, intercambia y también cuenta su propia historia. Me uní a los juegos con los que ya estaban habituados, las terapias, la hora de ejercicio y sus rutinas (el noticiero de las 20h y la novela de las 21h). Les pedí que me enseñaran juegos clásicos cubanos, y así aprendí y jugué Parchís, Chapita, Gato y Ratón, Silo, La Solterona, La Guerra y La Brisa.
De esta manera me propuse realizar un diagnóstico para organizar el plan y programa de trabajo, que comprendiese e involucrarse a las personas en el proceso. Note que las personas tenían mucha dificultad para hablar de su pasado y un rechazo a las neuro divergencias (propias y de otros convivientes) lo que establecía distancia y prejuicio entre las personas que habitaban el lugar.
Así es que decidí realizar un trabajo que pudiese habilitar a las personas a no sentir vergüenza de cómo han vivido, a la vez que generar empatía y cercanía entre sí, y con las diversas personas que visitaban el lugar.



Después de algunos días y tras ganar la confianza de algunos convivientes, les conté que diseño juegos. Les mostré un fanzine que había creado, titulado Cartas Afectivas (un trabajo de mapeo de relaciones desarrollado entre 2022 y 2023), y comenzamos a hablar sobre la idea de crear un juego inspirado en el Campamento.
Mientras avanzábamos en el desarrollo, convivientes y funcionarias se acercaban curiosos y les fui pidiendo ideas, mientras yo diseñaba, editaba y dibujaba el juego. Esto permitió abrir una conversación sobre las actividades que las personas realizaban para divertirse antes de llegar al Campamento. Me contaron que solían cantar, contar cuentos de doble sentido (cosmos) y bailar.
Así, organizamos con la enfermera Rosi un día dedicado a esas formas de entretenimiento, utilizando un micrófono con luces que llevé al lugar para que cualquier conviviente pudiera montar un pequeño show frente a las demás personas. Fue un evento muy emocionante para todos, por lo que acordé con Rosi dejarle el micrófono para que pudieran repetirlo en el futuro.


Luego de varios días, colaboraciones y ajustes, terminamos el desarrollo de un juego que es una adaptación de Serpientes y escaleras. En él, se recorre un tablero dibujado a mano que representa un día en el Campamento. Todo comienza cuando eres recibido por “Cariño”, una de las mascotas del lugar. A partir de ahí, tiras los dados y avanzas por las casillas, que representan distintas áreas del edificio (el comedor, la plaza, los dormitorios, etc) y las actividades cotidianas que forman parte de la rutina del Campamento (el desayuno, el dominó, la merienda con tortica, etc).
También decidimos incluir tarjetas de suerte que, de manera aleatoria, te colocan en situaciones beneficiosas o desafiantes habituales del lugar (como la llegada de los niños, el paso del huracán, o la visita del presidente), lo que te hace avanzar o retroceder en el tablero.



Tal vez lo más significativo del juego sean las fichas, que permiten adoptar la ficción de ser un deambulante, una materia prima, un funcionario o un visitante (un artista, un yuma, etc). Esta idea surgió de conversaciones sobre sus diversiones pasadas, donde me contaron que las personas en situación de calle han establecido una extensa tipología de deambulantes (como buzo, sancochero, jinetero, lata alegre, entre otras) para reír y sobrellevar su día a día.
Así, Un Día en Punto Naranja representa la vida en ese lugar, integrando a quienes los visitan en su realidad y abriendo la conversación sobre las experiencias pasadas de quienes fueron deambulantes. Todo esto ocurre en un contexto en el que todas las personas se encuentran al mismo nivel, porque ya no aplican las reglas del mundo exterior; todos son iguales frente a las reglas del juego.






///
El juego Un Día en Punto Naranja fue desarrollado colaborativamente en coautoría con Alexander Noél Padrón Pardo y con la colaboración de Silvia Espinosa, Mercy, Alejandro, Zorisadai, Natali Peña Juan, Olga María Villa Barrien, María Caridad, Liban, Rosi, Luis Alfredo, Eugenio, Mayte, Natasha Forcade, Adrian Lamera, Osmany Bonet y Rosa Naday.
Agradezco especialmente a Jorge Sepúlveda T., Federico de la Puente, Alma Cardoso, Soledad Gil, Ángel, Camagüey y Jaime Permuth.
Recibí el apoyo de Uberbau_House, la Embajada Argentina en Cuba, el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, la Asociación Quisicuaba, Nelson Ramírez de Arellano, Lisset Alonso Compte y Yanet Oviedo.
> VADB
///
> PRÓXIMAMENTE <
¡Descarga, imprime, recorta y juega!
Versión Print and Play – Un día en Punto Naranja (2025) – A3 *CC

**portugués embaixo** /// **english below**

**portugues**
Fanzine. 2/2.
Tinta sobre papel canson.
42 x 59,4 cm.
San Antonio de los Baños. Cuba.
Residência Punto Naranja – 15ª Bienal de Havana – Cuba
A experiência do Jogo como prática artística em relação aos processos sociais na Residência Punto Naranja – Acampamento Quisicuaba – San Antonio de los Baños.
Fui convidada a participar como artista da Residência Punto Naranja, no âmbito da 15ª Bienal de Havana, em um programa destinado a trabalhar com a comunidade de moradores do Acampamento Quisicuaba.
Feliz em aceitar o desafio e colocar em prática mais de 10 anos de experiência em trabalhar, conceituar e escrever sobre arte contemporânea em relação aos processos sociais, cheguei ao local com a proposta de conviver por 10 dias, para trabalhar de forma colaborativa no desenvolvimento de jogos de tabuleiro como proposta artística.
É importante mencionar que cerca de 150 pessoas vivem no acampamento, que tinham sido moradores e moradoras de rua na Havana. Graças ao refeitório da Associação Quisicuaba (localizada no Centro de Havana), elas têm a possibilidade de se mudar para a cidade de San Antonio de los Baños, em um edifício brutalista que funcionava como escola rural, a 30 minutos de caminhada do ambiente urbano mais próximo.
Lá, eles recebem cinco refeições por dia, atendimento médico, roupas e acomodação, além de visitas regulares de artistas e pessoas interessadas no projeto.
Uma vez no local, decidi participar de suas atividades diárias e ouvir suas histórias, mas não da perspectiva de um observador (como a antropologia moderna), e sim desde da perspectiva de alguém que é mais um, que participa, troca e também conta sua própria história. Participei dos jogos com os quais eles já estavam acostumados, das terapias, do tempo de exercício e de suas rotinas (o noticiário das 20h e a novela das 21h). Pedi a eles que me ensinassem jogos clássicos cubanos e, assim, aprendi e joguei Parchís, Chapita, Gato y Ratón, Silo, La Solterona, La Guerra e La Brisa.
Dessa forma, comecei a fazer um diagnóstico para organizar o plano e o programa de trabalho, para entender e envolver as pessoas no processo. Percebi que as pessoas tinham muita dificuldade em falar sobre seu passado e uma rejeição às divergências neurológicas próprias e alheias, o que estabelecia distância e preconceito entre as pessoas que ali viviam.
Então, decidi realizar um trabalho que permitisse que as pessoas não sentissem vergonha de como viveram, gerando empatia e proximidade entre elas e com as diversas pessoas que visitavam o local.
Depois de alguns dias, e após ganhar a confiança de alguns dos moradores, contei a eles que faço design de jogos. Mostrei a eles um fanzine que havia criado, chamado Cartas Afectivas (um trabalho de mapeamento de relacionamentos desenvolvido entre 2022 e 2023), e começamos a conversar sobre a ideia de criar um jogo inspirado no acampamento.
À medida que avançávamos no desenvolvimento do jogo, outras pessoas se aproximaram de mim com curiosidade e eu lhes pedi ideias, enquanto projetava, editava e desenhava o jogo. Isso deu início a uma conversa sobre as atividades que as pessoas faziam para se divertir antes de chegar ao acampamento. Eles me disseram que costumavam cantar, contar histórias de duplo sentido (cosmos) e dançar.
Então, organizamos com a enfermeira Rosi um dia dedicado a essas formas de entretenimento, usando um microfone com luzes que eu trouxe para o local, de modo que qualquer pessoa pudesse fazer um pequeno show na frente das outras pessoas. Foi um evento muito empolgante para todos, então combinei com a Rosi de deixar o microfone com ela para que eles pudessem fazer isso novamente no futuro.
Depois de vários dias, colaborações e ajustes, concluímos o desenvolvimento de um jogo que é uma adaptação do «Cobras e escadas». Nele, você passa por um tabuleiro desenhado à mão que representa um dia no acampamento. Tudo começa quando você é recebido pelo «Carinho”, uma das pet do local. A partir daí, você joga os dados e percorre os quadrados, que representam diferentes áreas do prédio (refeitório, praça, dormitórios etc.) e as atividades diárias que fazem parte da rotina do acampamento (café da manhã, dominó, lanche, etc.).
Também decidimos incluir cartas da sorte que o colocam aleatoriamente em situações benéficas ou desafiadoras (como a chegada das crianças, a passagem do furacão ou a visita do presidente), o que faz com que você avance ou retroceda no tabuleiro.
Talvez a parte mais significativa do jogo sejam as fichas, que permitem que a pessoa adote a ficção de ser alguem que moraba na rua, uma matéria-prima, um funcionário ou um visitante (um artista, um yuma, etc.). Essa ideia surgiu a partir de conversas sobre suas diversões passadas, em que me disseram que as pessoas que morabam na rua estabeleceram uma extensa tipologia deles (como buzo, sancochero, jinetero, lata alegre, entre outros) para rir e lidar com seu dia a dia.
Assim, Un Día en Punto Naranja retrata a vida nesse lugar, integrando aqueles que os visitam em sua realidade e abrindo a conversa sobre as experiências passadas daqueles que já moraran na rua. Tudo isso acontece em um contexto em que todos estão no mesmo nível, porque as regras do mundo exterior não se aplicam mais; todos são iguais perante as regras do jogo.
O jogo Un Día en Punto Naranja foi desenvolvido colaborativamente em coautoría junto com Alexander Noél Padrón Pardo e a colaboracão de Silvia Espinosa, Mercy, Alejandro, Zorisadai, Natali Peña Juan, Olga María Villa Barrien, María Caridad, Liban, Rosi, Luis Alfredo, Eugenio, Mayte, Natasha Forcade, Adrian Lamera, Osmany Bonet e Rosa Naday.
Agradeço especialmente a: Jorge Sepúlveda T., Federico de la Puente, Alma Cardoso, Soledad Gil, Ángel, Camagüey e Jaime Permuth.
Tive o apoio de: Uberbau_House, la Embajada Argentina en Cuba, el Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam, la Asociación Quisicuaba, Nelson Ramírez de Arellano, Lisset Alonso Compte e Yanet Oviedo.
///
**english**
Fanzine. 2/2.
Ink on canson paper.
42 x 59.4 cm.
San Antonio de los Baños. Cuba.
Punto Naranja Residency – 15th Havana Biennial – Cuba
The experience of the Game as an artistic practice in relation to social processes in the Punto Naranja Residence – Quisicuaba Camp – San Antonio de los Baños.
I was invited to participate as an artist in the Punto Naranja Residency, within the framework of the 15th Havana Biennial, in a program oriented to work with the community of cohabitants of the Quisicuaba Camp.
Happy to accept the challenge and put into practice more than 10 years of experience in work, conceptualization and writing about contemporary art in relation to social processes, I arrived at the place with the proposal to live for 10 days, to work collaboratively in the development of board games as an artistic proposal.
It is important to mention that about 150 people live in the Camp, who were previously homeless in Havana. Thanks to the Quisicuaba Association’s dining room (located in Centro Habana), they have the possibility of moving to the city of San Antonio de los Baños, to a brutalist building that used to function as a country school, a 30-minute walk from the nearest urban environment.
There they receive five meals a day, medical care, clothing and lodging, as well as regular visits from artists and people interested in the project.
Once in the place, I decided to join their daily activities and listen to their stories, not from the perspective of the observer (like modern anthropology), but from the perspective of the one who participates, exchanges and also tells his own story. I joined the games they were already used to, the therapies, the exercise time and their routines (the 8 pm news and the 9 pm soap opera). I asked them to teach me classic Cuban games, and so I learned and played Parchís, Chapita, Gato y Ratón, Silo, La Solterona, La Guerra and La Brisa.
In this way I proposed to make a diagnosis to organize the work plan and program, to understand and involve people in the process. I noticed that people had a lot of difficulty to talk about their past and a rejection to the neuro divergences (their own and other people’s) which established distance and prejudice among the people living in the place.
So I decided to do a work that could enable people not to feel ashamed of how they have lived, while generating empathy and closeness among themselves, and with the various people who visited the place.
After a few days and after gaining the trust of some of the people I live with, I told them that I design games. I showed them a fanzine I had created, titled Affective Letters (a relationship mapping work developed between 2022 and 2023), and we started talking about the idea of creating a game inspired by the Camp.
As we progressed in the development of the game, people with curiosity start to come closser and I started to ask them for ideas, while I designed, edited and drew the game. This allowed me to open a conversation about the activities that people did for fun before arriving at the Camp. They told me that they used to sing, tell double meaning stories (cosmos) and dance.
So, we organized with Nurse Rosi a day dedicated to those forms of entertainment, using a microphone with lights that I brought to the place so that any person could put on a little show in front of the other people. It was a very exciting event for everyone, so I agreed with Rosi to leave the microphone with her so that they could repeat it in the future.
After several days, collaborations and adjustments, we finished the development of a game that is an adaptation of «Snakes and Stairs». In it, you go through a hand-drawn board that represents a day at the Camp. It all starts when you are greeted by “Honey”, one of the pets of the place. From there, you roll the dice and move through the squares, which represent different areas of the building (the dining room, the square, the dormitories, etc) and the daily activities that are part of the Camp’s routine (breakfast, dominoes, snack with tortica, etc).
We also decided to include lucky cards that randomly place you in beneficial or challenging situations (such as the arrival of the children, the passing of the hurricane, or the visit of the president), which makes you move forward or backward on the board.
Perhaps the most significant part of the game are the tokens, which allow one to adopt the fiction of being a homeless, a raw material, a camp worker or a visitor (an artist, a yuma, etc.). This idea arose from conversations about their past, where they told me that homeless people have established an extensive typology of them (such as buzo, sancochero, jinetero, lata alegre, among others) to laugh and cope with their day to day life.
Thus, Un Día en Punto Naranja represents life in that place, integrating those who visit them in their reality and opening the conversation about the past experiences of those who were wanderers. All this takes place in a context where everyone is on the same level, because the rules of the outside world no longer apply; everyone is equal before the rules of the game.
The game Un Día en Punto Naranja was developed collaboratively in co-authorship with Alexander Noél Padrón Pardo and with the collaboration of Silvia Espinosa, Mercy, Alejandro, Zorisadai, Natali Peña Juan, Olga María Villa Barrien, María Caridad, Liban, Rosi, Luis Alfredo, Eugenio, Mayte, Natasha Forcade, Adrian Lamera, Osmany Bonet and Rosa Naday.
Special thanks to: Jorge Sepúlveda T., Federico de la Puente, Alma Cardoso, Soledad Gil, Ángel, Camagüey and Jaime Permuth.
I received support from: Uberbau_House, the Argentine Embassy in Cuba, the Wilfredo Lam Contemporary Art Center, the Quisicuaba Association, Nelson Ramirez de Arellano, Lisset Alonso Compte and Yanet Oviedo.
Comentarios recientes